domingo, 19 de febrero de 2012

Lo que hay que saber sobre las células madre

(foto de internet)

La Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, informó sobre los tratamientos establecidos y advirtió sobre otros que no presentan evidencia terapéutica comprobada

La Provincia de Buenos Aires producirá este año 80.220.000 unidades de En un comunicado de prensa del día 24 de enero pasado, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a través de la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa, se propuso aclarar los aspectos fundamentales sobre las células madre y sobre los tratamientos aprobados por la comunidad médica especializada tanto en la Argentina como en el mundo. En nuestro país, los protocolos de investigación clínica que involucran el uso de células madre deben contar con la aprobación del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).
Según el anuncio, hasta el momento, hay dos tratamientos con células madre que resultan terapéuticamente eficaces y sin riesgos secundarios: el transplante alogénico de células madre de médula ósea, sangre periférica y cordón umbilical; y el autotrasplante de células madre de médula ósea y sangre periférica para tratar enfermedades curables a partir de protocolos aceptados. Fuera de estos tratamientos, no existe evidencia clínica reproducible y contundente, ni tratamientos establecidos a nivel nacional e internacional, que hayan demostrado la eficacia del autotransplante de células madre de médula ósea o cordón umbilical para mejorar o curar enfermedades altamente discapacitantes. Los únicos tratamientos establecidos son aquellos destinados a enfermedades que se curan con trasplante de médula ósea y por ello son los únicos que se realizan con éxito en miles de pacientes.
El ministerio advirtió que “desde hace algunos años, comenzaron a aparecer instituciones médicas privadas que ofrecen tratamientos de autotrasplante de células madre para tratar enfermedades como: las parálisis por lesiones cerebrales o de la médula espinal, las neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson o trastornos metabólicos como la diabetes. En algunos casos se trata de procedimientos experimentales que deben demostrar su eficacia y seguridad en seres humanos, por lo que deben contar con un protocolo aprobado y sin costo para el paciente, quien debe ser informado del carácter experimental del tratamiento. En ocasiones los procedimientos son presentados a los potenciales pacientes y sus familiares con promesas incomprobables de curación y mejora de las enfermedades, a pesar de la evidencia que señala que muchas de las prácticas ofrecidas no poseen efectos terapéuticos comprobados ni siquiera en modelos animales”.
Pero ¿qué son y cómo funcionan las células madre?
Las células madre tienen dos características distintivas: son células no especializadas que se renuevan ilimitadamente; y que bajo ciertas condiciones fisiológicas o experimentales, se las puede inducir a que se conviertan en células con funciones especiales, por ejemplo: células musculares cardíacas o células pancreáticas para la producción de insulina. Los científicos trabajan mayormente con dos clases de células madre de animales y de seres humanos: embrionarias y adultas. Las células madre embrionarias pueden convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo, mientras que las adultas generan los mismos tejidos del órgano en el cual residen.
En la década del 60, los investigadores descubrieron que la médula contenía por lo menos dos clases de células madre adultas: hematopoyéticas, las que formaban todos los tipos de células sanguíneas del cuerpo; y medulares estromales o mesenquimales, que comprendían una población mixta capaz de desarrollar células del hueso, cartílago, grasa y tejido conectivo fibroso.
Fuente: Prensa MCyT